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Ediciones Bubisher, 2012. Fotografía de cubierta: Inés G. Aparicio. Los beneficios íntegros de la venta de este libro van destinados al Proyecto Bubisher.
Prólogo, de Javier Reverte
Ahora sigo sin estrechar su mano, que es lo de menos, porque ya le conozco como escritor. Y creo de verdad que este es un libro excepcional, en el sentido más estricto de la palabra excepción: porque se trata de un libro que no se parece a ningún otro, sino que se presenta como una mezcolanza de géneros que pueden abrir un camino original a la hora de abrir sendas nuevas a la poesía.
La técnica de Boisha es muy sencilla en apariencia y, como todo lo sencillo en apariencia, extremadamente difícil de conseguir. A partir de una referencia cultural del pueblo saharaui, acuña un verso. Y a renglón seguido, explica qué significa esa referencia. ¿Antropología cantada, poemario antropológico? Poesía en todo caso. Y claro está, una lucha incansable y teñida de lirismo por recuperar la memoria de un pueblo al que se quiere condenar al olvido y al desarraigo.
Los poemas son tersos, directos, como las piedras del desierto. Y las metáforas, rotundas. Una poesía sustancial, en definitiva. ¿Para qué hablar de flores en donde no abundan? ¿Para qué componer canciones festivas en donde no existe mayor festejo que la lucha por sobrevivir? Uno de los mejores aspectos de este poemario es que no acuña una poesía militante. Su militancia reside en la verdad, no en el engaño ni en el entusiasta jolgorio político que tan a menudo oculta la dificultad de la victoria.
En las sustancias de este libro subyace la tristeza de un presente demoledor, el que estos días de injusticia suprema se abate sobre un pueblo exiliado. Por eso, en ocasiones, este poemario de Boisha es casi un grito de desesperanza y, al tiempo, de rebeldía angustiada.
Pero en cualquier caso se trata de un libro insumiso, en la medida de que trata de reconstruir una identidad nacional desde la búsqueda de sus raíces, desde la indagación de la tradición y de la historia de un pueblo.
No hay victoria cuando se da la espalda a la verdad; pero no hay derrota cuando se intenta revivir los latidos más íntimos de un alma que no quiere rendirse. Y en el alma de este poemario subyace esa fe.
A veces, la dulzura de la lírica es un arma mucho más poderosa que la ferocidad de los cañones. Limam Boisha opta por esa sutil batalla que es la mejor de siempre: poesía a cuerpo desnudo.
JAVIER REVERTE.
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