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Las bibliotecas Bubisher son espacios muy amplios, sin embargo, hay días en los que no cabe ni un alfiler. Y esos días son cada vez más frecuentes.
No hay duda de que los niños encuentran en las bibliotecas motivos suficientes para cambiar su rutina diaria, para leer, para estudiar y hacer sus tareas en un espacio agradable en el que siempre encuentran ayuda, para disfrutar de las actividades de animación a la lectura que preparan a diario los bibliotecarios. Pero también aumenta el número de jóvenes que participan en los talleres que se ofertan. Y los adultos que asisten a las charlas, cursos y conferencias que puntualmente se organizan.
Y también los bibliobuses se llenan hasta los topes cuando van a las escuelas, cuando organizan algún evento en espacios abiertos de cada wilaya.
Impresiona ver las imágenes que día a día nos envían los bibliotecarios. Emociona constatar que, después de diez años, el Proyecto Bubisher ha echado raíces en los campamentos, que está integrado en la sociedad como un bien de todos y para todos. Que aquella utopía del 2008 es hoy una realidad. Que gracias a la resistencia de muchas personas, no solo no fue humo (como algunos auguraron) sino que ha ido creciendo día a día, paso a paso.
El título del libro, y la filosofía de vida, del magnífico Ramón Arroyo, “Rendirse no es una opción”, es también nuestro lema.
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