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La Delegación General de la Administración Penitenciaria y Reintegración (DGPA) del reino de Marruecos, reaccionó a una carta enviada por abogados extranjeros al primer ministro francés, sobre la situación de los presos políticos del grupo de Gdeim Izik según informó ayer en h24info.ma.
En una información publicada el jueves en respuesta a la carta / denuncia de un grupo de abogados de 5 países dirigida al Primer Ministro francés en visita a Marruecos, la Delegación General de la Administración Penitenciaria y Reintegración (DGPA) niega las acusaciones y afirma que los detenidos gozan de todos sus derechos, al igual que otros prisioneros, y no sufren daños a su dignidad o malos tratos.
“Segunda la información dada por la DGPA” la falta de interacción positiva de algunos de estos detenidos, y su obstinación en hacer avisos de huelga hambre a pesar de la disposición mostrada por la institución para facilitar sus condiciones de detención y preservar su salud, la administración tuvo que aplicar el reglamento adecuado contra ellos “. No especificando de qué consta el “reglamento apropiado contra ellos”.
Es sorprendente comprobar que una huelga de hambre para la DGPA es un acto de indisciplina que necesita corrección disciplinaria y que haya un “reglamento apropiado”, que por lo que se puede leer en la carta de los abogados debe constar en las mismas medidas que la DGPA niega.
La huelga de hambre es una forma de protesta no violenta legítima y reconocida internacionalmente, en declaraciones recientes el Sr. Michael Lynk, enviado especial de las Naciones Unidas para la situación humanitaria en Palestina, dijo que “los presos en todas partes del mundo tienen derecho de realizar huelgas de hambre para protestar contra sus condiciones de vida y no deben ser castigados por ello”.
La DGPA dice además que niega las referencias a la alimentación y que asegura que los alimentos solicitados por los detenidos fueron suministrados “en un plazo razonable, con precios de mercado y en condiciones sanitarias”, enfatizando que las comidas presentadas por el establecimiento penitenciario son “completas, distribuidas respetando las condiciones de higiene”.
Esta afirmación es contraria a numerosos informes publicados por Organizaciones No Gubernamentales internacionales que apuntan a la alimentación de las cárceles marroquíes como claramente insuficiente para cubrir las necesidades básicas. En el sitio web del Gobierno del Reino Unido está disponible “manual para nacionales británicos detenidos en Marruecos” que se dirige a los familiares de los detenidos de nacionales del Reino Unido con información y recomendaciones varias sobre las condiciones en las cárceles marroquíes y donde se puede leer en la página 13:
“Comida y dieta
Una comida típica de la prisión es sopa y pan, a veces con verduras cocidas en una pulpa. “Coma a su propio riesgo”, comentó un ex prisionero.
El detenido necesitará alimentos extra y vitaminas para mantener la salud básica.
Los detenidos marroquíes cocinan alimentos traídos por familiares y algunos extranjeros hacen arreglos informales para comprar sus alimentos extras. Otros forman “grupos de alimentos” para compartir los costos de alimentos y cocinar. Esta es una buena manera de obtener variedad en su dieta. Las cantinas de la prisión almacenan productos en lata y en seco, refrescos y agua embotellada. En Rabat y Tánger, el equipo consular hace acuerdos con tiendas de comestibles locales para suministrar alimentos frescos y una variedad de otros productos. Su familia puede enviar dinero a la Embajada para abrir una cuenta para que pueda pagar esos bienes.
La DGPA continuó negando todas las acusaciones, incluidas las de malos tratos y de prácticas alegadas de “degradación y dignidad humana” contra los presos.
“Los detenidos en cuestión nunca fueron sometidos a agresión, tortura o violencia por parte del personal de la cárcel, en las instituciones donde están actualmente o en aquellos por las cuales pasaron”, dice la DGAPR.
Las torturas sufridas por estos detenidos son ampliamente conocidas y mencionadas en varios informes, además de la decisión CAT/C/59/D/606/2014 publicada en diciembre de 2016 del Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas.
La práctica de humillación, malos tratos y torturas contra los detenidos saharauis es una constante como atestigua las heridas obvias de todos los ex presos políticos.
En cuanto al estado de salud de los presos Saharauis, la DGAPR indica que algunos de ellos no sufren ninguna enfermedad crónica, mientras que otros tienen enfermedades preexistentes antes del encarcelamiento, en la mayoría de los casos, añadiendo que los cuidados necesarios se suministran a todos los detenidos.
En ese sentido, el comunicado afirma que el equipo médico de las instituciones penitenciarias presta los cuidados necesarios, añadiendo que cada detenido tiene un archivo médico donde se registran todas las informaciones sobre intervenciones y exámenes médicos, todas las especialidades combinadas, tratamientos y los análisis realizados en los dispensarios de esas instituciones o en hospitales públicos, así como la medicación prescrita.
La falta de atención médica adecuada también está ampliamente documentada a lo largo de los 7 años de detención de este grupo, los resultados de análisis y otros medios de diagnóstico nunca se transmiten ni al detenido ni a los familiares o abogados. Durante los exámenes médicos realizados durante el juicio a principios de año los resultados de los exámenes eran vistos primero por las autoridades presentes en el hospital sólo después de su aprobación eran entregados a los médicos como fue denunciado por los presos en ese momento.
La DGPA afirma además que “las visitas a las cárceles son regularmente organizadas por las autoridades judiciales de todos los niveles, las comisiones provinciales de control de las cárceles y el Consejo Nacional de Derechos Humanos, además de la auto-supervisión proporcionada por los servicios competentes dentro de la cárcel, que se compromete a realizar las investigaciones necesarias en caso de alegaciones o reclamaciones, cualquiera que sea la fuente.
Los presos de Gdeim Izik y sus familiares y abogados han enviado a lo largo de los siete años de detención quejas oficiales de forma regular a todas las instancias competentes del Reino de Marruecos sin recibir respuesta. La única visita autorizada de organizaciones extranjeras fue realizada en 2014 por el Grupo de Detención Arbitraria de las Naciones Unidas que emitió serias preocupaciones y recomendaciones sobre los detenidos de Gdeim Izik, durante esta visita el preso político Abdel Jalil Laaroussi fue separado del grupo para evitar que la Misión de las Naciones Unidas se refería a las marcas obvias de tortura y escuchase el testimonio de este detenido, que fue sometido a métodos de tortura físicos y psicológicos extremos durante meses consecutivos.
Según datos de la World Prison Brief, el número de prisioneros en Marruecos aumentó un 37% de 2000 a 2014. El aumento de la represión y detenciones arbitrarias de participantes de cualquier tipo de protesta contra la Monarquía, el Gobierno o cualquier crítica a los mismos ha sido una constante últimos años. En el caso del Sáhara Occidental las sanciones llegan a ser administradas por el simple hecho de decir “Sáhara Occidental” y no “provincias del sur” una terminología inventada por el aparato Marroquí para camuflar la ocupación del territorio.
Las abogadas francesas del equipo de defensa del grupo de Gdeim Izik, reiteran que accionaran todas las medidas posibles a todos los niveles e instituciones para garantizar el respeto de los derechos básicos de sus clientes y su liberación.
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